La Implementación De Proyectos Sociales Inclusivos Como Estrategia Para Abatir La Brecha En El Ámbito Laboral

Doctorado en Políticas Públicas, Gobierno Local y Desarrollo

Silverio García Mújica

al200300@univim.edu.mx

Abstract

Los seres humanos compartimos la misma esencia. Tenemos unas características que son inherentes a la condición humana y que no varían aunque estemos separados por factores geográficos, históricos y culturales.

Sin embargo, más allá de estas características que nos unen como especie, también somos distintos en nuestras expresiones. Ningún pueblo, civilización o comunidad es exactamente igual a otro; es más, ninguna persona tiene un par idéntico. Esa opción de ser distintos es lo que se denomina diversidad social.

Esto es así porque cada sociedad desarrolla sus propias expresiones y, por lo tanto, su propia cultura. Las creencias, el arte, el derecho, las costumbres y las tradiciones son algunos aspectos en los que se refleja la diversidad.

Por esta razón, la diversidad humana supone la adaptación del hombre a los distintos medios; de ahí proviene la definición de “cosmopolita”. Las poblaciones son distintas y cada raza se adapta a su medio ambiente, tanto física como culturalmente.

Esto es una clara muestra de una ubicación de inferioridad y subalternidad en las comunidades y colonias de las cuidades, que se han visto afectadas en su fuerza reivindicativa por la influencia tan marcada que ha tenido la violencia social y epistémica.

El folclorismo, con su constante reducción al pasado, al espectáculo, a lo estático y al abuso de la tradición, que se traduce en rasgos exóticos, los cuales en primera instancia conducen a la visibilización, pero luego los despojan de su fuerza política y aporte a la sociedad, en tanto esa diferencia cultural es una producción social (Wieviorka, 2003b).

Por lo tanto, existe la conciencia de encaminar la reivindicación hacia la “posibilidad” e integralidad de lo humano. De esta manera, al hablar de diferencias se alude a todo aquello que distingue a unos seres humanos de otros, más allá de su pertenencia a un grupo cultural, a una orientación sexual o a una categoría de género.

Por esta razón, todas las identidades sociales forman parte de la identidad personal del individuo, se traslapan unas a otras, se intersecan y coexisten en una interrelación dinámica. Las categorías de identidad social pueden incluir el género, la raza, la clase social, la etnicidad, la nacionalidad, la orientación sexual, la religión, la afiliación política, entre otras.

Por un lado, la diversidad significa la diferencia y la desigualdad; esto es así porque podemos contemplar que existe diversidad de personas en lo que se refiere a las distintas variables que se manejan normalmente en el contexto social, es decir, la raza, el género, la cultura, la edad, etc.

Y esto es así también cuando nos referimos a la diversidad, teniendo en cuenta los grupos minoritarios de la sociedad, los cuales se diferencian por el mismo tipo de variables: raza, edad, economía, lengua, etc. Cuando existen estas variables como una diferencia abismal entre los sujetos, se está hablando asimismo de desigualdad, no interviniendo siempre las mismas variables como causa de la desigualdad y la diversidad.

A su vez, el mundo en el que vivimos ahora es el resultado de un largo proceso de interacciones, transferencias e intercambios cuyo trasfondo siempre ha sido la diversidad social, desde la Antigüedad hasta nuestros días.

Hoy en día se necesita la aparición de nuevos actores sociales que reclamen protagonismo, el cual debe estar fundamentado en la generación de proyectos sociales integrados por la diversidad social, en busca de recursos económicos para su viabilidad. De esta manera, la capacitación es el vehículo por excelencia para abordar este tema.

Cómo citar

Mújica, S. (2022). La implementación de proyectos sociales inclusivos como estrategia para abatir la brecha en el ámbito laboral (tesis doctoral). Universidad Virtual del Estado de Michoacán, México.